El Índice de Confianza Empresarial Armonizado (ICEA) ha descendido en España un 1,0% en el primer trimestre de 2019 respecto al cuarto trimestre del año anterior y el empresariado gaditano no ha sido ajeno a esta tendencia, que también se da en la mayoría de las provincias andaluzas. Así, en la comunidad autónoma andaluza este índice registra una tasa de variación negativa respecto al cuarto trimestre de 2018 en Cádiz, Huelva, Málaga y Sevilla, siendo la provincia de mayor caída Huelva con -9,5%.
El ICEA, que tiene una periodicidad trimestral y es comparable a nivel europeo, se elabora a partir de una muestra representativa de establecimientos empresariales.
Si en el último trimestre del año pasado, un 20,90 por ciento de los establecimientos empresariales encuestados en la provincia de Cádiz eran de la opinión de que su situación era favorable, las expectativas sobre el primer trimestre del nuevo año son peores, ya que sólo lo consideran favorable un 17,91%.
Y si disminuye las expectativas entre los empresarios gaditanos de que la situación va a mejor, aumenta los que entienden que es desfavorable . Así, frente al 20,90 por ciento que se registró en el último trimestre de 2018, para el primero de 2019 el porcentaje de los gestores empresariales que consideran que la marcha de su negocio irá a peor ha sido del 25,37. El resto de los encuestados entienden que se mantendrá igual.
A partir de los datos recogidos se observa que el 19,9% de los establecimientos en Andalucía opina que la marcha de su negocio en el cuarto trimestre de 2018 ha sido favorable mientras el 19,7% la valora como desfavorable. Esto hace que el balance de situación registrado en este trimestre (diferencia entre las opiniones favorables y desfavorables) sea de 0,2 puntos, mejorando respecto al trimestre anterior al pasar de -1,9 a 0,2.
En cuanto a las expectativas, el 15,9% de los establecimientos en Andalucía son optimistas sobre la marcha de su negocio en el primer trimestre de 2019, mientras que el 21,8% son pesimistas, resultando un balance de expectativas (diferencia entre las opiniones favorables y desfavorables) de -5,9 puntos.
Respecto a los factores que limitan la marcha del negocio, los empresarios ponen en primer lugar la debilidad de la demanda, mientras que las dificultades financieras se sitúan en segunda posición.
Durante el primer trimestre del año, la confianza empresarial bajó en cuatro sectores económicos, en prácticamente todos los tamaños de establecimientos y en 14 comunidades autónomas.
Así, de acuerdo con los datos de Estadística, de los cinco sectores económicos analizados en el ámbito nacional, cuatro recortaron la confianza en este trimestre, principalmente el transporte y la hostelería (-3,3%). Le siguen la industria (-0,9%), los otros servicios (-0,8%) y el comercio (-0,7%). Únicamente la construcción elevó la confianza, que fue de un 0,1%.
En cuanto al tamaño de los establecimientos, la confianza empeora un 2,1% en los de menos de 10 asalariados; un 0,9% en los de 200 a 999 trabajadores, y un 0,6% en los establecimientos de 50 a 199 asalariados y en los de 10 a 49 asalariados. Por contra, subió un 0,6% en los de más de 1.000 trabajadores.
Por comunidades, la confianza empresarial subió en Murcia (+1,5%), Madrid (+1%) y Navarra (+0,4%) y bajó en el resto, principalmente en Baleares. (-3,9%), Cantabria (-3,6%, Extremadura y Canarias (-2,9%).
Miedo a un incremento de los costes
El presidente de la Cámara de Comercio de Cádiz, Ángel Juan Pascual, responde que este descenso se ha debido fundamentalmente, al problema en la planteamiento de los nuevos presupuestos del Estado y a las posibilidades que plantean dichos presupuestos de incremento de costes para las empresas.
Asegura que la subida del salario mínimo, que no es un elemento aislado y afecta de manera clara a otras muchas actividades, y el aumento recaudatorio que se propone para las empresas, hacen que la incertidumbre se instale entre el empresariado ya que estas medidas repercutirán en contra de la productividad empresarial.
El presidente cameral entiende que puede que sea un descenso puntual. ”Está claro que la sociedad ha asumido que nos encontramos en un año de inestabilidad política pero la espera de ver si los instrumentos económicos planteados facilitan o no el aumento de la actividad económica afecta de manera inequívoca al empresariado y a sus expectativas de futuro”, respondió.
A la pregunta de si se están perdiendo empresas, Pascual respondió que si bien Cádiz, según las últimas cifras de 2018, se sitúa como la cuarta provincia andaluza que más autónomos ha ganado en 2018, “no es menos cierto que estamos faltos de industrias”. “Andalucía es un páramo empresarial en este sentido. Es bueno que contemos con un tejido empresarial de pymes y micropymes rico pero también necesitamos industrias que generen riqueza estructural en la economía andaluza”, dijo.
Por su parte, Carlos Fenoy, presidente de la Cámara de Comercio del Campo de Gibraltar, aseguró que la situación de inestabilidad política que se vive en España genera un ambiente de desconfianza del que no es ajeno el empresariado gaditano. A ello, aseguró, hay que unir que todo cambio político, como el que se está produciendo en Andalucía, genera en un primer momento incertidumbre, que luego tiende a desaparecer.