En cualquier lugar del mundo y a cualquier hora ocurren hechos misteriosos, difíciles de entender que lo abarcan todo aunque no sustenten nada. Nos marcamos destinos que entre ambiciones , insatisfacciones , rencillas , anhelos y alegrías no sabemos muy bien adonde nos llevan.
Misteriosos objetivos , en los que el azar juega un papel de parecer ampliar nuestros horizontes y a la vez no decirnos nada , de impulsar nuestro espíritu curioso y no descubrir lo que debemos hacer. Pasamos malos momentos en los que nadie nos enseña cual es la posición más acertada.
A veces nos cerramos , aislamos y bloqueamos, y otras nos abrimos, destapamos y explayamos. Hay misterios que suceden casi todos los días a las horas más inesperadas, como determinadas llamadas de cualquier País del mundo pretendiendo vendernos lo más inverosímil o que hagamos lo más corriente, como cambiarnos de compañía eléctrica o telefónica.
Saben nuestros nombres, conocen nuestra dirección y siguen nuestros gustos y preferencias. Con toda la amabilidad intentan presionarnos para que les facilitemos nuestros datos bancarios y completar la faena , porque al poco tiempo si lo hacemos nos habremos dado cuenta que hemos sido victimas de una estafa.
Entre destinos ocultos y misterios increíbles, intentamos rebajar nuestra ansiedad y las tensiones que la vida y las relaciones sociales nos provocan. Si no aguantamos con dominio y tranquilidad el estrés que nos produce los problemas que dejamos sin resolver, terminaremos saliéndonos del cuadro de la cotidianidad.
También cambiaremos nuestros papeles y dejaremos de ser protagonistas de nuestras historias , para acabar siendo meros espectadores, en ocasiones confundidos sobre si estamos en la realidad o somos meros productos de ficción y seres virtuales.
Vamos mezclando todos los elementos reales y fantásticos , y nos imaginamos a nosotros mismos más allá de todo y más acá de nada. Nos damos cuenta que casi siempre regresamos de donde salimos y no llegamos a donde queríamos ir. Todo esto lo convertimos en una trama desafiante y misteriosa que nos atosiga entre el vértigo del éxito y la depresión del fracaso.
Por un extraño efecto , hay momentos en los que nos encontramos perdidos y salimos en nuestro rescate, hasta que la magia del destino nos empuja a reencontrarnos., entre un crecimiento que nos mantiene curiosos y despiertos , y un decrecer que nos sitúa perdidos y dormidos.
Destinos y misterios que son como una amalgama de espacios y tiempos, de sorpresas que nos dejan sin reacción , y son una ensalada , de ideas que creemos acertadas por que están equivocadas y no dejan de ser un disparate.
Con los años vamos descubriendo los misterios y destinos, y que por mucho ruido que hagamos, no paramos de equivocarnos, y por muy claro que tengamos nuestra meta, nos perdemos con facilidad. Hablamos sin parar y no aprendemos a callar para escuchar. Perdemos en el camino las ideas que nos alimentan y fortalecen y nos quedamos con los eslóganes que nos empobrecen.
Desde la naturalidad vamos derribando a los héroes con pies de barro que habíamos situado en falsos pedestales, y con más sabiduría no nos dejamos engañar por laberintos , en los que no sabemos por donde entrar ni porque lugar salir, y cada día es una apuesta de misterios y destinos , en el que con nuestro poder , vamos creando nuestra propia marca y estilo, en un misterioso juego de ir y volver.