La mayoría de las víctimas son personas jóvenes que quedaron atrapadas en un puente peatonal que conecta la capital con Koh Pich (Diamante), una pequeña isla a la que el desarrollo urbanístico ha transformado de un pobre suburbio en un centro de recreo.
El portavoz del Gobierno camboyano, Phay Siphan, señaló que la cifra de víctimas podría aumentar en las próximas horas, y lamentó que la Policía no reaccionase con la rapidez necesaria para impedir la tragedia.
La oposición y otros grupos acusan a las autoridades de lo sucedido, por haber permitido que se organizase el evento en un sitio inadecuado, por haber cerrado el otro puente de acceso a la isla obligando a toda la gente a pasar por un paso peatonal inadecuado para tal volumen de personas.
Cientos de monjes budistas se reunieron esta tarde en el puente para oficiar una ceremonia en honor de las víctimas, mientras agentes buscaban más cadáveres por la ribera del río.
Familiares y amigos vagan desde por la mañana de hospital en hospital en busca de sus seres desaparecidos entre los heridos y los cadáveres, mientras que las autoridades investigan qué causó la tragedia.
El Gobierno camboyano se ha comprometido a indemnizar con cinco millones de rieles (906 euros) a las familias de los fallecidos y con un millón de rieles (181 euros) a las de los heridos.