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Curioso Empedernido

Apaños y líos

Hay días feos y bonitos, apuestas que son renuncias  y planificaciones que son esenciales para conseguir lo que queremos

Hay cifras y datos que se disimulan y otros que se magnifican, dimensiones y números que según quien los maneje nos parecerán una u otra cosa, cierres que los contemplaremos como aperturas y viceversa, procesos de renovación que solo serán una profundización en el retroceso.

Entre apaños y líos hay fondos que confundiremos con las formas, perdidas con las ganancias, heridas con cicatrices, enlaces con desenlaces, mitos con  verdades, sentidos con sonidos, pisadas con posadas, pitos con flautas, protagonistas con secundarios.

Desde olores cotidianos a fragancias exóticas, guardamos nuestros secretos o exteriorizamos nuestras emociones. Hay días feos y bonitos, apuestas que son renuncias  y planificaciones que son esenciales para conseguir lo que queremos.

Debemos tener paciencia y no sucumbir jamás a los apaños de unos pocos y a los líos de unos muchos, el principio de las decisiones públicas deben ser básicamente fruto de las preferencias ciudadanas.  Si queremos hacer cambios y reformas sociales y no somos capaces de convencer a nuestros vecinos, lo mejor es  irnos a nuestra casa.

El poder transforma a algunos sujetos, y aflora lo mejor y lo peor de cada cual. Entre preguntas que nos hacemos y respuestas que buscamos, hemos de levantar nuestras cabezas y dejar de mirar nuestros móviles, como si estuviéramos abducidos.

Hay momentos adecuados para hacer las cosas de manera diferente, más pendientes de nuestras pisadas que de nuestros posados, procurando hacer lo mejor y evitar lo peor, sin obsesionarnos por lo que digan los demás, sabiendo que todas las conversaciones no derivan en negociaciones.

Lejos de apaños y líos , hemos de saber apartarnos de lo  revuelto que surge en nuestro entorno,  y no perder detalle de aquellas cosas, personas o situaciones que nos pueden enseñar y enriquecer personalmente, y no abrazar ningún dogma por cierto que nos parezca.

Resulta prodigioso el transformismo político de algunos, que han copiado y maximizado los vicios de la vieja política, que tanto criticaban en su momento y han guardado en el cofre del olvido cualquier intento de regeneración democrática.

Si queremos cambiar las cosas , tendremos que aprender a enfrentarnos con algunos problemas y bastantes críticas,  estar en alerta pero no ser rehén de las alarmas,  alimentar nuestra capacidad pero no hacer gala de autosuficiencia.

Hemos de saber anticiparnos al tiempo que vivimos, sin lamentarnos  ni olvidarnos de  lo que debemos hacer., diagnosticando acertadamente los problemas, que habremos puesto en marcha la mitad de las soluciones , logrando el equilibrio entre sabiduría , calma y experiencia, para que nada nos desborde.

Nos movemos en un continuo escenario de apariciones y reapariciones, modelos y escaparates, bondadosos y maléficos, acuerdos y discordias, certezas e incertidumbres,  admisiones y rechazos, para hacer cosas nuevas que no soñábamos en realizar.

Cuando afrontamos una situación complicada , dudamos entre comprometernos o mantenernos al margen, entre sacar pecho o seguir la corriente y dejarnos manejar, hacernos visibles o permanecer invisibles, mostrarnos pacientes o inquietos, negociar nuestras diferencias o imponer nuestros criterios., mantener una comunicación fluida con los demás o estar aislados del mundo.
                         

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