Según fuentes cercanas a C.J.R.L., éste ha abandonado el centro penitenciario en la tarde del martes, quedando en una situación de libertad provisional hasta la celebración del juicio, teniendo la obligación de personarse periódicamente en el juzgado hasta entonces.
Por su parte, la pareja del reseñado, identificada como M.M.P., continúa en prisión a la espera de reunir la fianza, que asciende igualmente a 4.000 euros, y que previsiblemente tratará de abonar en los próximos días.
Según explicó en su día la Guardia Civil, ambos fueron detenidos junto a otras cuatro personas en octubre del año pasado en el marco de la Operación Creador, que consiguió desarticular una secta radicada en Chiclana y que supuestamente se hacía con el patrimonio de sus miembros tras lograr el “control sobre sus voluntades” mediante coacciones con ritos esotéricos y satánicos variados.
‘Modus operandi’
Los agentes inmersos en la operación desvelaron que los cabecillas de la secta se anunciaban en la sección de “anuncios varios” de diversos medios de comunicación con el siguiente texto: “Profesor, Vidente, Brujo Satán Espiritual, experiencia y seriedad, poder en todos los ámbitos para solucionar problemas especialmente de amor, recuperar pareja, quitar mal de ojo, impotencia sexual, etc. Garantizado cien por cien. Resultado tres días”.
Con sus actividades, los presuntos autores llegaban a “anular la personalidad de sus víctimas creando un vínculo de subordinación y dependencia total” hasta conseguir, en algunos casos, que accedieran a la venta de todas sus propiedades para entregar el importe de esa venta a la pareja en cuestión.
Así las cosas, y tras convencerles de que si desobedecían sus órdenes al diablo matarían primero a sus familiares y luego a ellos mismos, supuestamente lograban que sus víctimas actuaran como sus “esclavos”. Según la Benemérita, los hombres llegaron a trabajar haciendo reformas en el domicilio de la pareja, mientras que las mujeres realizaban tareas domésticas.
El Instituto Armado también señaló que las víctimas sufrían todo tipo de vejaciones. En algunos casos se les llegó a privar de su libertad. Así, se les obligaba a asistir a rituales satánicos donde se sacrificaban animales. En estos ritos se entregaban elevadas cantidades de dinero tras autoproclamarse uno de los detenidos como verdadero hijo de Satán.